Observabilidad: Qué es y por qué es MUCHO más que Monitorización

De esto trata el Vídeo

Observabilidad no es un eslogan ni un dashboard bonito: es capacidad operativa para entender qué le pasa al sistema leyendo las señales que ya emite, sin inventarse teorías. Es la diferencia entre mirar y explicar con evidencia por qué algo se degrada y qué decisión tomar ahora.

Frente a la monitorización, el cambio es claro: monitorización valida si se cumple un umbral que definí antes; observabilidad me permite investigar lo inesperado y hacer preguntas nuevas justo cuando algo se comporta raro.

En términos operativos, observabilidad es la capacidad de inferir el estado interno a partir de salidas del sistema. No va de acumular datos, sino de diseñar señales útiles, estructurarlas con cabeza y conectarlas para que los patrones salten a la vista.

Con métricas, busco nombres coherentes y etiquetas estables (operación, estado, versión, entorno, región), evito etiquetas de alta rotación que inflan cardinalidad, miro tendencias, tasas y derivadas en lugar del fotograma del instante y alerto con contexto: “CPU alta” sin historia alrededor no siempre importa.

El p95 me da una visión honesta de experiencia: si ordeno 100 latencias, el valor en la posición 95 indica que el 95% fue más rápido y el 5% más lento. Cuando sube el p95 en una región y operación concreta, ya tengo una historia accionable sin depender de medias que maquillan picos.

Los logs explican sin gritar cuando son estructurados (JSON), una línea por evento y con campos claros, comparten el mismo vocabulario que las métricas y viajan con un identificador de correlación. Los niveles se usan con criterio —ERROR impacto real, WARN sospecha, INFO hitos— y DEBUG en producción caduca por diseño. En privacidad, enmascaro o no guardo lo sensible: observabilidad es guardar lo necesario para entender y actuar.

Para investigar, trabajo con una vista única: latencia por percentiles con objetivos, tasa de errores por tipo, señales de capacidad para anticipar saturación y logs ya filtrados por operación/tiempo/región unidos por el correlation ID. Con misma línea temporal y mismo vocabulario entre señales paso del qué al por qué en minutos.

El pipeline sostiene todo: agentes/exporters no bloqueantes que aguanten picos, validación de campos obligatorios en tránsito y filtros para lo irrelevante. Separo almacenes: métricas en series temporales con retención inteligente y logs por fecha/servicio con niveles de coste según antigüedad y criticidad.

¿Resultado? Velocidad de diagnóstico, prevención de desviaciones antes de que molesten, confianza en los cambios midiendo impacto real por versión y AIOps con fundamento porque los datos están ordenados y alineados.

Idea para llevarte: primero orden, luego inteligencia. Con métricas honestas, logs claros y lenguaje común hoy, mañana cualquier automatización sumará sobre terreno firme. De eso va la observabilidad: entender mejor para decidir mejor.